La primera vez

EN EL COMIENZO...

jueves, 23 de agosto de 2007

Exijo una explicación


El gran Pepo -genio creador de "Condorito"- debe haberse revolcado en su tumba. Todas las hinchadas latinoamericanas tenían su mascota acompañando a sus selecciones desde las tribunas. Por años, Colombia llevó la batuta con ese colorido plumífero que hasta a Chile llegó para alentar a su fútbol.
Y Canadá nos dio la opción de ver, en vivo y en directo, al ave más famosa de nuestro país apoyando a la exitosa selección Sub 20, que se trajo el bronce desde aquel mundial de la categoría.
El mismísimo Condorito. Un anónimo connacional que se animó a vestirse con las plumas de un animal que ha blandido nuestra bandera desde las más importantes viñetas de Latinoamérica.
Pero como a nosotros todo nos cuesta el doble y al parecer muchas cosas se entrecruzan para que la felicidad no nos dure, su corta pero mediática incursión pasó de la alegría a la mayor verguenza del espectáculo.
Es así. La detención, en plena cancha, de nuestro popular plumífero, elevó la rabia de un país deportivo que ya minutos antes mordió el polvo de una derrota. Una más. Una nueva. Ante Argentina.
Qué novedad. Pero la posterior decapitación del personaje nos reveló una afrenta que tuvo tintes de la más baja xenofobia canadiense. Porque se supone que en el norte está la tierra de las oportunidades, donde la libertad y la igualdad son conceptos que ya no se esgrimen pues son parte de su adn.
Qué ironía. Esto nos vuelve a mostrar que los malos no sólo están acá, y que mientras más al norte nos vayamos, más malos son.
Que Condorito se dedique de ahora en más sólo a hacer reír a Latinoamérica. Porque en el fútbol hay quienes no lo quieren ver.

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