Lo de ayer no hubiera sido lo que quisieran ver los hermanos Vergara Toledo. Asesinados por la dictadura y origen de una conmemoración que año a año remece a uiversidades y combativas poblaciones del país, su historia dista mucho de lo que se pudo apreciar ayer en las principales calles del Chile.Porque el asunto aquí no son las piedras. De antemano, habría que apuntarlas a otros blancos y no a una UCI repleta de pacientes. Me apuntan que quizás la sede de la Fundación Lagos sería una mejor receptora de proyectiles, en parte para lapidar algunas de las "obras" del ex Presidente.
Recuerdo en este momento el bullado Transantiago. Error muchachos, los buses oruga no son el problema, sino quien diseñó este plan que no da pie con bola.
Otro tanto ocurrió con la ministra Gloria Ana Chevesich. Pobre ella, atacada a mansalva por la multitud que apenas atinó a reconocerla, tuvo que escabullirse para no seguir siendo presa de una turba tan disímil como el origen de sus demandas.
En defintiva, otra ocasión en que el desorden y el lumpen reinaron en las calles de nuestro país, tiñendo de oscurantismo una historia que los hermanos Vergara Toledo no quisieran ensuciar.
1 comentario:
Que pena que te refieras asi a una familia que lucho por sus derechos, ojalá tu no tuvieras que pasar por la pérdida de 3 hijos, hermanos, primos, sobrinos, nietos..etc.., si no sabes la verdadera historia de ellos....mmm es mejor informarse y después opinar.
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